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Alam fue en su día un pueblecito de pescadores, hasta que
la construcción del aeropuerto internacional de Marsa Alam
permitió a la población local acceder al ámbito del turismo.
Desde entonces, esta región se ha convertido en uno de
los tesoros escondidos de Egipto, especialmente para los
submarinistas y buceadores que buscan nuevos destinos
alejados de la senda más trillada. Para los entusiastas del submarinismo, el Mar Rojo representa un fabuloso tesoro por descubrir que ostenta kilómetros de bellos arrecifes de coral y una vida marina abundante y esplendorosamente colorida
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Aunque Egipto se ha convertido en un destino popular entre los buceadores deseosos de probar
de primera mano la magia del Mar Rojo, los espectaculares lugares de buceo de Marsa Alam
siguen estando relativamente poco frecuentados, por lo que quienes acuden a disfrutar allí de sus
vacaciones pueden descubrir apaciblemente los barcos hundidos, las paredes de coral y los jardines
subacuáticos que contiene su costa.
Los lugares de buceo de Marsa Alam son apreciados por su belleza virgen. Elphinstone, situado a unos 12 km de la costa de Marsa Alam, es un lugar rebosante de vida, con tortugas marinas y
peces de arrecife, o grandes peces pelágicos, entre otros. La zona, que cuenta con una meseta poco profunda al norte y otra al sur mucho más honda, es adecuada para buceadores de todos los niveles de destreza, desde los aficionados al esnórkel hasta los más expertos en inmersiones. Shaab Samadai —o ‘la casa de los delfines’—, un arrecife curvilíneo ubicado en la costa sur de Marsa Alam, recibe este nombre de un grupo de unos 60 delfines tornillones que se dejan ver a menudo en la zona. Además de los delfines, esta laguna poco profunda de aguas color turquesa está habitada por bancos de peces de arrecife, como los meros moteados, el pez escorpión y el pez mariposa.
enmascarado. A los exploradores subacuáticos más osados les encantará la idea de bucear al sur, hacia las cuevas y cumbres submarinas. Fury Shoal es un variado jardín de coral, un lugar fabuloso para el submarinista. Este complejo arrecife está compuesto por una red de formaciones de coral duro poblada por diversos peces pelágicos y delfines, e incluso contiene los
restos hundidos de una remolcadora y un velero que se pueden explorar. En tierra firme, Marsa Alam alberga un número creciente de hoteles de lujo, de entre tres y cinco estrellas.
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Los que busquen aventura en el desierto, en las proximidades de Marsa Alam encontrarán multitud de excursiones y atracciones. Desde este complejo turístico es posible hacer safaris por el desierto en quad o en todoterreno, que incluyen la visita a un auténtico pueblo beduino. Se ofrecen como excursiones de un día entero o de medio día, e incluyen una barbacoa y un espectáculo en la aldea de los beduinos, así como la posibilidad de
montar en camello por el desierto egipcio. Se cree que los faraones egipcios de la antigüedad tenían minas de rutilantes esmeraldas en las zonas montañosas del desierto oriental, al suroeste de Marsa Alam. Las Minas de Cleopatra o Mons Smaragdus (‘monte esmeralda’) llegaron a ser el complejo minero más famoso de la antigüedad y, en varios momentos de los periodos ptolemaico y romano, estuvieron activas las minas de Wadi Gimal, Wadi Sikeit, Wadi Nuqrus y Yébel Zabara. Actualmente, cerca de Marsa Alam, aún pueden
verse las ruinas de los asentamientos mineros de Zabara y Sikeit, así como restos de templos y de antiguas cuevas. Los visitantes interesados en la historia harán bien en visitar las minas, que, al igual que tantos otros lugares de Egipto ricos en recursos naturales, conservan vestigios de las numerosas civilizaciones que han hecho uso de las piedras preciosas a lo largo de miles de años. Asimismo, en las proximidades de Marsa Alam, están los restos del asentamiento portuario romano Myos Hormos, donde el visitante podrá contemplar construcciones romanas en buen estado de conservación y las 200 tablillas de jeroglíficos que adornan las paredes fluviales de Wadi Hammamat. Muchas de estas tablillas datan de hace 4000 años y representan embarcaciones tradicionales de junco que surcan el Nilo. Hammamat es famoso también por la piedra bekheny, una preciosa roca ornamental de color verde, considerada sagrada en la antigüedad. Hasta la época romana hubo muchas canteras para la extracción de este tipo de piedra, que se empleaba en la fabricación de cuencos, estatuas e incluso sarcófagos. En las tumbas de las Pirámides de los faraones se han encontrado muchos objetos fabricados con piedra bekheny. En épocas posteriores, los romanos erigieron atalayas a lo largo del wadi, muchas de las cuales siguen en pie en la actualidad.
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